jueves, 13 de diciembre de 2012

"TAMBIÉN VAN DE MORAO"

En esta ocasión nos trasladamos al barrio de Triana y a su Hermandad por excelencia. Es la Esperanza de Triana la razón de ser y existir de cualquier trianero: todo gira en torno a esa Niña de la calle Pureza y al Señor de las Tres Caídas. La capilla de los marineros es un hervidero cada Semana Santa y una auténtica esponja de fe a lo largo de cada Madrugá.



Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas, Titular de la Corporación, es la expresión máxima de la perfección en la representación física de Cristo amarrado a la Cruz. Y no sólo por la talla en sí, sino porque el ambiente fervoroso de una ciudad que le allana el amargo camino hacen que la Fe brote literalmente de su mirada. Su Banda y su gente hacen el resto para conseguir de lo que una imagen cualquiera pudiera ser, la Imagen de la Fe en Jesucristo resucitado incluso antes de morir en la Cruz. ¡Cuánto debiéramos aprender en nuestra Hermandad de esa fe ciega que lleva a los trianeros a seguir adelante con su vida gracias a todo esto!


Lo demás, es Esperanza, o al menos lo pone Ella. No le cabe un alfiler a la perfección de su palio ni tampoco le sobra un ápice de majestad a su paso de Reina. Y Triana quiere más, justo lo que le da Sevilla para  volver ya de mañana por el puente entre platillos de gozo cuando todavía no han dado las tres de la tarde. Entonces Triana llora, pero antes toca seguir esperando, como nuestra Hermandad, con la verdadera Esperanza.

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