CUADRILLA DE COSTALEROS

 Tú, costalero, que no sabes
rezar la Salve, quizás:
si cuando lo saques, meces
el paso, con buen compás,
aunque no sepas la Salve,
Dios te lo perdonará...
¡que mecer así a la Virgen,
ya es un modo de rezar!


Y así, con el poema de José María Pemán, es como comenzó un frío enero del año 2010, la cuadrilla de costaleros de “Los Moraos” su andadura cofrade con el fin de elevar a su Nazareno y a su Amargura a lo más alto durante cada Semana Santa. Pero nada en la vida es casualidad: el surgimiento de este grupo brotó no de las manos de una Hermandad, sino de las manos de unos Titulares que hicieron que ésta se comprometiera en llevar adelante el ambicioso proyecto.

La primera vez que la imagen Titular de Nuestro Padre Jesús Nazareno realizaría su Estación de Penitencia sobre los costales de treinta y cinco corazones valientes sería la noche del Jueves Santo del mismo año durante la “Procesión del Silencio”.  Así, al día siguiente, Viernes Santo, también sacarían a la calle a su Titular para que la primavera herenciana palpara la elegancia de su “Moreno” por primera vez en la historia.
El nacimiento de la cuadrilla de costaleros de la Hermandad va acorde con etapa de Transición democrática en ésta desde el pasado año 2009 y hasta el año 2011, año de las primeras elecciones democráticas.  Así, este mismo año comenzó a consolidarse el conjunto humano que ahora lo conforman treinta y cinco hermanos divididos asimismo en siete trabajaderas bajo el paso.
Desde entonces han pasado ya cuatro Semanas grandes en las que el sueño por los que unos locos lucharon se haría realidad. Y no sólo se vería realizado el deseo de sacar a nuestro Titular cristífero sobre la séptima vértebra, sino que su Madre de la Amargura, en la mañana del Domingo 23 de abril de 2011 “ronearía” por vez primera en su barrio al compás de su cuadrilla.
Sin duda, el momento más duro para la historia de esta pequeña comuna ocurrió durante el mes de mayo del año 2012, cuando Bio Risteu –costalero desde los inicios- dejaba la Hermandad de la tierra para subir hacia la trabajadera más alta de todas. El legado y el ejemplo que dejó para con sus compañeros unió más si cabe al conjunto de costaleros para sentirse, desde entonces, como una gran familia que sufría o se alegraba por cada uno de sus miembros.
Ser costalero es una vocación y cada costalero, detrás de la idea que lo impulsa tras de sí a cumplir ese designio divino que es llevar a sus Titulares, tiene un designio mucho mayor: el sentirse llamado por Dios a realizar la tarea física que es, al mismo tiempo, una tarea de fe. Bien saben esto todos aquellos que cada Semana Santa cruzan el dintel de “La Labradora” para sacar la Fe de toda una Hermandad a la calle en tres días mágicos.
En la actualidad, la actividad de la cuadrilla no se reduce tan sólo a los ensayos previos a nuestras Estaciones de Penitencia: hay un sentimiento, un compañerismo y una entrega especial entre sus componentes que hacen que cada saludo sea especial. Los costaleros del Nazareno sienten como suya su Hermandad y esa nueva familia de la que son partícipes no solo durante cada Semana Santa, sino a lo largo de todo el año.
El actual coordinador y representante de la cuadrilla de costaleros en la Junta de Gobierno es Victoriano Romero, y en la actualidad, los pasos van a los mandos de Jesús Bermúdez y Carlos Fernández-Caballero como capataces.
 
Cual mece un Niño en la cuna,
despacio y constante meneo,
así mecen a mi Reina
la cuadrilla costaleros.

No quieren que de sus ojos
caiga una lágrima al suelo,
no quieren que mi Amargura
llore por su Moreno.

Pues quieren llevar sigilosos
a la Madre por el pueblo,
y no quieren que derrame
el llanto de su pañuelo.

Quien pudiera ser Amargura,
quién te acompañara al paso,
quién pudiera darte risas
para quitarte ese llanto.

Quién pudiera ser tus pies
pa´rachear ese palio
y llevarte el domingo
en busca el Resucitado.

Meciéndote a San Antón,
como mecías, en Belén
a ese Niño de tus ojos
al que pronto vas a ver.

Madre mía dales fuerza y sentimiento,
que cada costalero sabe
lo que Tú sufres por ellos.
Y ellos gozarán contigo
la alegría del Encuentro.

María del Milagro Iniesta.

1 comentario:

un morao más dijo...

Toma castañas!!!