La cera de una Hermandad que se evaporaba desde San Antón hacia "La Labradora" late ahora en los corazones de los hogares herencianos. Desearon que su Virgen llevara un lucero mañanero que alumbrara el camino hacia su Nazareno resucitado. También lloraron lágrimas de cera aquellos benditos cirios que la Amargura hizo que quedaran en el amor de un pueblo que la ama para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario