miércoles, 26 de noviembre de 2014

La Hermandad del cielo y la de la tierra, de fiesta.

Despedimos a Pedro José, nuestro hermano más antiguo, y recibimos a Víctor, el "morao" más pequeño de todos.
 
Hace unos días, sorprendía en nuestra Hermandad el adiós del Hermano más antiguo de ésta, Pedro José López de Pablo Fernández-Cano de 95 años.


Vivió a lo largo de sus días con su Cofradía siempre presente, sin que pasara ni un sólo día en que no recordara a sus Titulares. Así vivió y así se despidió: amando al Nazareno y a la Amargura hasta lo más profundo de su corazón. Vestía de luto otoñal Nuestra Madre de la Amargura para despedirlo y para decirnos que éste era un final feliz para Pedro, pues ya estaba entre sus manos.

Pedro José ha vivido todas y cada una de las etapas de la nueva Hermandad desde que ésta fuera la primera Cofradía de Pasión de la localidad que alcanzara su refundación la mañana del 22 de marzo de 1942. De este modo, se trataba, hasta el momento, del hermano más antiguo de nuestra Corporación actualmente, por lo que la Cofradía le rendirá homenaje en sus próximos cultos cuaresmales.

Siempre se le recordará a Pedro José porque durante las procesiones recorría las largas filas de nazarenos y preguntaba sobre todo a los mas pequeños, ¿estas cansado?, ¿te haces pis? y ofrecía caramelos o chicles para distraer a los pequeños para de este modo conseguir que aguantaran todo el desfile procesional. Años más tarde , cada mañana del Viernes Santo, iba acompañando a la Verónica en su paso, incluso ya cuando la debilidad física no se lo permitía hacía lo posible por seguir el recorrido de su Hermandad de principio a fin. No hay mejor homenaje para Pedro José no sólo su recuerdo, sino la oración por parte de todos los hermanos que componemos este histórico conjunto cofrade.

Justo en los mismos días, la alegría de alguien que se va junto a nuestros Titulares también sorprendía en nuestra Hermandad con el nacimiento del hermano más joven de la misma. Se llama Víctor Romero, y ya se trata, hasta la fecha, del "morao" más pequeño en la nómina de hermanos.
 
 
Así, para la próxima Semana Santa hemos perdido un pilar indiscutible en nuestras Estaciones de Penitencia pero, sin duda, ganamos una nueva esperanza para el futuro de nuestra Hermandad.
 
Esperemos que, al igual que sus padres, siga el camino del amor a su Hermandad. Ya queda menos para poder verlo lo más pronto posible agarrado al corazón costalero del que su progenitor es bandera.

Se cumple así un doble milagro en la penúltima semana de noviembre para nuestra Cofradía: el recibimiento en la Hermandad del cielo de Pedro José tras una vida entregada a su familia, a su pueblo y a su Hermandad y, por otro lado, el recibimiento en la Hermandad de la tierra para Víctor.

No hay comentarios: