viernes, 28 de marzo de 2014
Entrevista al restaurador Enrique Rodriguez de Tembleque, en visperas de ver el resultado final de la restauración de nuestro Nazareno.
“LOS HERMANOS VOLVERÁN A REZAR AL MISMO NAZARENO AL QUE REZARON SUS ABUELOS".
Por: Javier Fernández-Caballero Diaz-Meco.
El próximo cinco de abril el Nazareno saldrá a la calle, por primera vez en la historia, fuera de Semana Santa. Lo hará tal y como el escultor Jesús Castellanos soñó al esculpirlo y el encargado de “devolverlo a la vida” es el restaurador Enrique Rodríguez de Tembleque. Ahora reposa por poco tiempo en sus manos días antes de ser presentado a Herencia. Sin duda, que en sus palabras pesa un enorme sentimiento de responsabilidad que explotará cuando vea, ante sus ojos, la obra culminada.
Pregunta: Se trata ésta de la segunda vez que intervienes de forma importante al Nazareno, pero sin duda que ésta esuna de las restauraciones más trascendentales, ¿cómo afrontas el proyecto?
Respuesta: Se afronta como un reto, como todos los trabajos. Se trata de un reto personal. En este caso tiene un añadido más, y es que la imagen esta oculta bajo un repinte y debemos recuperar la historia y la verdad de esa imagen, por lo que debemos sacar a la luz el rostro oculto. Durante un tiempo hemos estado viendo una imagen que no es la histórica, entonces esta restauración tiene la idea de volver a recuperar la historia y la belleza de esa imagen: eliminar lo posterior y volver a sacar la verdad del rostro que la gente venera, quiere y recuerda.
P: Además no se trata de un proyecto normalizado, sino que la peculiaridad y la dificultad del mismo reside en que son dos profesionales los que deben intervenir en el mismo: Miguel Ángel Arjona en el proceso de tallado del restante de la Imagen y, ahora, tú te estás enfrentando a la recuperación de la plenitud en el rostro del Titular… ¿te habías enfrentado alguna vez a un proyecto similar?
R: No, es la primera vez que me enfrento a esto y es muy interesante, porque trabajas en un equipo en el que está un escultor y un restaurador trabajando pero no a la vez ni en el mismo sitio, sino a distancia. Para eso se tiene que conocer tanto al restaurador como al escultor para complementar las dos formas de trabajo. Dos personas independientes con dos oficios totalmente distintos se unen para que todo salga bien…no es fácil pero es agradable cuando ves el resultado.
P: ¿Qué sentimiento o pensamiento pasó por tu mente cuando, diez años más tarde, te pusiste de nuevo frente al Nazareno?
R: Para mí es un viejo conocido. Ya lo he tenido en mi taller y lo he trabajado durante mucho tiempo, he permanecido cara a cara con Él durante muchas horas, incluso pasas muchas más horas frente a una imagen que estás restaurando que el propio escultor pasó en su momento frente a la misma. Cada uno de los milímetros de esa escultura lo conoces. El primer pensamiento, en este caso, es que vuelves a tener a un amigo cerca y el segundo es que vas a volver a ver el rostro que ha estado oculto para enseñarlo a los demás. Eso es una parte muy importante y agradable, porque sabes que vas a volver a emocionar a la gente cuando vuelva a ver su cara. Son unos momentos de silencio y de observar mucho la imagen. Los primeros pasos son muy lentos y sobretodo de analizar un montón lo que tienes delante, es una partida en la que tiene que salir todo perfecto y para eso no se puede trabajar con prisas, hay que meditarlo todo muy bien.
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P: El proyecto de la Hermandad, a primera instancia, fue muy arriesgado, pues era crear una nueva talla del cuerpo pero sin perder la esencia de la que Jesús Castellanos “trajera al mundo” a finales de los años cuarenta, ¿crees que se va a conseguir?
R: Totalmente, y a los hermanos les va a encantar porque va a tener la parte visible que va a volver a ser la imagen de siempre, pero si va a notar un movimiento de cuerpo que antes no tenía la imagen. Era una imagen totalmente rígida que no daba sensación de que cargaba ni andaba, ahora se ha ganado con eso, pues es una imagen que anda, una imagen que tiene fuerza, una imagen que lleva un gran peso…y aun así no ha perdido la esencia de la imagen histórica. Se ha conseguido unir todo eso.
P: En el momento que la Junta de Gobierno acude a ti, ¿tenía claro el proyecto final?
R: Tenían clara la idea, pero luego faltaba contrastarla con un escultor y con un restaurador por ver si era factible lo que ellos tenían en mente. Entonces nos reunimos el escultor, la Junta de Gobierno y el restaurador para ver cada uno de los puntos: concretar el trabajo específico de cada uno en el proyecto. El escultor y yo nos coordinamos para realizar nuestro trabajo y que éste se acoplara mutuamente, teniendo como hándicap que teníamos ya una imagen de por medio. Eso fue realmente interesante y todo ha ido funcionando alrededor de la Hermandad. Lo tenía muy meditado, pero había que ver si todo lo que tenían en mente era factible, y así lo ha sido.
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P: ¿Cuál es el factor que consideras más importante en el proceso que estás llevando a cabo?
R: La paciencia. Se está eliminando un repinte y hay que cruzar los dedos para que la pintura original de la imagen no esté raspada, pues podemos encontrar un rostro que no es el original. En este caso hay una buena fortuna y la pintura está por encima, por lo que con mucho cuidado hay que ir eliminando el anterior rostro y sacando a la luz la policromía de debajo. Todo ha dado positivo y ha ido a nuestro favor, se mantiene la policromía antigua y por eso se puede recuperar.
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P: ¿Ha surgido algún imprevisto de última hora al analizar el estado en el que se encuentra el rostro del Nazareno?
R: No, puesto que cuando se afrontó la idea se calculó todo muy bien. No debe haber imprevistos, pues lo primero que se pensó era lo que se quería buscar, y la idea se tuvo clara, y si todo eso se puede hacer se hace, si no no se hace.
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P: Ahora los hermanos se enfrentarán a un cambio sustancial al observar a su Titular. Según tu experiencia y tu trato con las diferentes Cofradías con las que has trabajado, ¿cuál es el consejo que ofreces al hermano de a pie en este momento en el que la Hermandad va a realizar un cambio tan importante con su Titular?
R: El consejo que diría es que se vuelvan a rendir ante el verdadero rostro del Nazareno. El cambio que van a tener va a ser positivo en todos los sentidos, pues se va a recuperar la esencia, y entonces de pronto puede sorprenderse por el cambio. Pero el orgullo de ver el rostro que vieron tus propios abuelos y con el que se emocionaron y rezaron por ti delante de Él es muy gratificante, pues tú mismo lo vuelves a contemplar. Les pido simplemente que se vuelvan a rendir ante su Titular.
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P: Además, el ángel silente que ha portado durante la historia el paso de Jesús Nazareno este año volverá a recuperarse gracias a una donación, ¿Cuál será el final de este otro mini-proyecto?
R: Que vuelva a lucir de nuevo en el paso. Es una pequeña imagen muy antigua tallada en madera y que se encontraba muy deteriorada. Se está trabajando todo lo posible para que vuelva a relucir en todo su esplendor. También había sufrido bastante, por lo que se está volviendo a rehacer el policromado de la imagen.
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P: Supongo que todas las horas que habrás pasado frente al Titular de “Los Moraos” te habrán hecho reflexionar sobre un deseo de futuro…
R: Mi deseo es que se disfrute, que guste mucho y que la gente lo viva con la misma ilusión con que se está trabajando. Y, sobretodo, que los hermanos comprendan el trabajo de la Junta de Gobierno de una Hermandad y las decisiones que muchas veces tienen que tomar.
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