Hace unos instantes, una treintena de peregrinos se reunían en nuestra ermita para encomendarse a nuestro titulares, antes de emprender su peregrinación hacia la localidad toledana de Urda.
Desde nuestra Hermandad se les imponía a todos la “cruz morada” pasada por el manto de nuestro Nazareno y nuestra Amargura. Pero estos peregrinos, que en estos momentos están recorriendo a pie la distancia que separan al Nazareno herenciano con el Nazareno de Urda. No han querido dejar pasar tan importarte fecha, y de esta forma se han colocado cada uno de ellos en la solapa, ese lazo rosa en apoyo de todas aquellas mujeres que sufren esa terrible enfermedad que es el cáncer de mama.
Y como no podía ser de otra forma, estos peregrinos le han colocado a nuestra Amargura uno de estos lazos al lado de su corazón traspasado por el dolor. Nuestra Amargura además de MADRE es MUJER, y está al lado de todas aquellas mujeres que sufren esta enfermedad.
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