Rompen la ilusión de cada Semana Santa en “la del Silencio”. Todo un año aguardando que pase el martes de Carnaval, y el Miércoles de Ceniza, y el Jueves… para coger su corneta en las frías noches de Cuaresma. Toda una vida esperando la noche eterna del Jueves Santo que, entre silente sollozo de Madrugá morá, el “Moreno” le ofrece a sus niños la mejor de sus sonrisas. Estaban esperando la noche mágica y el lugar de los sueños, que tienen nombre: Jueves Santo y “Labradora”. Ambos se unen para que los corazones infantiles vuelvan a pedir a sus padres el traje de “su Banda” año a año, Cuaresma a Cuaresma, madrugá a madrugá…para volver a empezar de nuevo con la ilusión del Jueves Santo.
2 comentarios:
Aún recuerdo el primer día que toque en mi banda, los moraos. Fue un día donde estaba supernervioso, llevaba muchos años soñando con aquel momento.
Pero lo que más me llamó la atención fue la ilusión que tenían mis padres, tenían incluso más que yo, pues al fin y al cabo son ellos los que te introducen en este mundo y los que hacen que tengas esta tremenda ilusión por tocar con "nuestra banda".
Decir " la banda de los moraos", es hablar de solera, de trayectoria larga, de ilusión, de fundamento. Acompañar al Moreno y a la Madre con notas sobrias y profundo sentimiento. Crear proyectos que en el tiempo se consolidan y se abren a toda una hermandad que navega en un mismo rumbo. Adelante y arriba esa banda con sus mejores notas.
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