Era el mediodía del Domingo más bonito del año. El Sol brillaba. La Luna, tímida, también se asomaba al balcón medianero que la esperanza matinal ofrecía. Herencia entonces soñaba, a las puertas de su "Labradora", lo que aquella Luna blanca y morá predecía desde lo alto de su paso.
En aquel momento, una voz ronca llamaba al martillo, ya oxidado por las lágrimas que Herencia volcó sobre su Madre: ¡José Luís, te voy a llamar! Esta levantá va por "Los Moraos", por sus gentes, por su barrio, por ese amor eterno hacia su "Moreno", por esa visita de esperanza durante cada Viernes, por esos corazones callados que le gritan un Viva infinito en cada segundo...por su Junta de Gobierno, por su Banda, por su cuadrilla de costaleros, por sus nazarenos, por sus Jóvenes. ¡¡¡Vamos a ver volar a la Reina de todo esto: Al Cielo con la Amargura!!!
¡Y vaya que si voló! LLegó tan alto como las oraciones de todo un pueblo que aquel 8 de abril de 2012 despedía hasta otra primavera a su Reina desde el trono maternal de una Madre triste pero alegre, que ríe y que llora sus penas, con su Hermnadad por delante.
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