Hace hoy un año que comenzaba la Cuaresma del 2013, un tiempo marcado por la sobriedad jubilosa con que toda Corporación cofrade prepara los días de la misma gloria para sus Titulares. Aquella pasada Cuaresma estuvo marcada por un reconocimiento especial con que un conjunto musical "de la casa", la Banda de Cornetas y Tambores "Los Siete Pasos", entregaba a nuestra Madre el mejor regalo con lo que un corazón musical puede honrar a aquello que más quiere: una nueva marcha de su repertorio.
La misma, compuesta por los Hermanos Martín-Consuegra ese mismo año y presentada en el Certamen anual de Bandas que organiza nuestro Grupo Joven, gozaron en apelarla con plena intencionalidad "Amargura en Tu Mirada". La misma fue la primera marcha que sonaría el Viernes Santo de mañana, a la salida del Palio, al igual que la última composición que escucharía la Amargura el Domingo de Resurrección ya de vuelta y en su barrio, poco antes de recogerse y con todo un cielo de pétalos sobre su Paso.
Sin duda, aquel momento marcó una singular barrera en la Hermandad, pues ese reconocimiento exterior hacia su Titular no era sino el mejor y más hermoso de los reconocimientos hacia toda la Corporación. Así, con este poema introductorio, comenzaría una nueva historia musical prendida de María a la que le quedan aún un montón de páginas por escribir:
¿Y por qué miras mis ojos,
siendo los tuyos estrellas
que a la par que a las doncellas
mantienes, con dolor, sonrojos?
Ojos tiernos, dulces, añojos,siendo los tuyos estrellas
que a la par que a las doncellas
mantienes, con dolor, sonrojos?
ojos de amor que hacen mellas
de fe, humildad: firmes huellas
y ensueño de desenojos.
¡Mírame, madre encarnadade fe, humildad: firmes huellas
y ensueño de desenojos.
como cada Viernes Santo
en Labradora angustiada!
¡Mírame, Madre, y callada
muestra en tu rostro tu llanto
Y Amargura en tu mirada!
Y Amargura en tu mirada!
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