Hoy la Iglesia está de Fiesta, nuestro Nazareno también. Celebramos a su Padre en la Tierra, ese personaje misterioso del que nos narra el evangelio era el "hombre justo". Poco más dice, sólo que amaba a su Hijo, a su Esposa y que pronto dejó este mundo. Hoy nuestra Hermandad reza con su Hijo a su Padre San José. Meditemos este precioso Himno al que nos invita la Liturgia de las Horas:
Porque fue varón justo,
le amó el Señor,
y dio el ciento por uno su labor.
Humilde magisterio
bajo el que Dios aprende:
¡Que diga, si lo entiende,
quien sepa de misterio!
Si Dios es cautiverio
se queda en aprendiz,
¡aprende aquí la casa de David!
Sencillo, sin historia,
de espalda a los laureles,
escalas los niveles
más altos de la gloria.
¡Qué asombroso, hacer memoria,
y hallarle a tu ascensión
tu hogar, tu oficio y Dios como razón!
Y, pues que el mundo entero
te mira y se pregunta,
di tú como se junta
ser santo y carpintero,
la gloria y el madero,
la gracia y el afán,
tener propicio a Dios y escaso el pan.
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